Todo comenzó con un singular dolor de ombligo. Y terminó marcando todo mi cuerpo y hasta mi pensamiento. Es difícil regresar a la rutina, a las obligaciones. Decirle a tu cuerpo que recuerde la disciplina, (bien sabe la hora en que debe dormir y alimentarse). Después de 3 semanas de ausencia es muy grato ver que la gente te ofrece una sonrisa y lindas palabras. Que te pregunta por tu salud. Especiales por siempre serán las palabras de Edson y Nacho. Gracias.