¿Realmente se vive o la vida es una ilusión prolongada?
¿Somos seres autónomos e independientes en nuestra existencia?
¿Somos efectivamente viajeros en la jornada de la vida o somos tan sólo personajes que habitamos en el ensueño de alguien, entidades de mera forma aparente, sombras trágicas o grotescas que ilustramos las pesadillas o los sueños alegres de algún eterno durmiente?
Y si es así, ¿por qué sufrimos y gozamos por nuestra cuenta? Debiéramos ser indiferentes e insensibles; el sufrimiento o el placer debieran corresponder al soñador sempiterno, dentro de cuya imaginación representamos nuestro papel de sombras, de creaciones fantásticas.
Entonces, la realidad es un simple acto de imaginación, un ensueño puro en el que los seres flotamos con apariencias de personalidad, porque así es necesario para divertir y hacer sentir más intensamente a ese soñador eterno, a ese durmiente insaciable, dentro de cuya imaginación vivimos.
Clemente Palma. Del cuento La Granja blanca.
...siempre he creido que somos producto de la imaginación de alguien....
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