Sierra norte de Puebla. Donde los buenos caminan descalzos y los malos traen zapatos. Donde se hace el papel Amate. Donde los perros parece que posan. Donde las nubes besan los cerros. Donde el avismo se vislumbra. Donde el Hñahñu y el español no riñen. Donde las manos se lavan con agua encharcada y lodosa. Donde la decisiones se toman sin pensar, porque es el último autobús a la civilización. Donde la señal no alcanza (porque no Todo México es territorio T).
De ahí: Toño. El niño que compartió nuestra mesa, que nos marcó, aunque sólo convivimos con él 10 minutos (así debería de ser la "gente", dejarte una linda e inocente huella y marcharse sin decir adiós).
(Si algún día tengo un perro le pondré Cletus).
De ahí: Toño. El niño que compartió nuestra mesa, que nos marcó, aunque sólo convivimos con él 10 minutos (así debería de ser la "gente", dejarte una linda e inocente huella y marcharse sin decir adiós).
(Si algún día tengo un perro le pondré Cletus).
1 comentario:
ahora que leo el resumen de nuestra salida a la Sierra Norte de Puebla veo que San Pablito nos dejo mas que un final un tanto desagradable, despues de leer esto se que el final no importa lo mejor es que todo eso que describiste lo vivi con dos de las personas mas importantes en mi vida.
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