Detrás de cada apariencia fuerte e impermeable hay un ser pequeño y asustadizo, vulnerable. Está condenado por sus debilidades, secretos, traumas infantiles.
Su pasado e inseguridad lo atrapa.
No hay ser que se salve.
Me sonroja aceptarlo, pero disfruto encontrar la fragilidad de la gente.
No es necesario indagar, ni charlar en demasia, en algunos casos sólo hay que observar su postura al caminar, si ve -o no- a los ojos cuando te habla, el volumen de su voz...
...es cuestión de paciencia, pero llega el momeno, el inconsciente brota; lo que causa la autodestrucción de las personas termina por mostrarse.
Y es entonces, -cuando se conoce el lado languido de los mortales-, que tu lado siniestro puede actuar y hacer mucho daño.
2 comentarios:
Sí, te entiendo total. Puedes conocer a una persona siempre que le preguntes algo relacionado con su familia, de allí surgen todas las debilidades, o la mayoría. Yo también gozo de ese poder de observación y ruego porque mi fragilidad se mantenga oculta pero sé que es en vano, tener un blog te revela demasiado y creo que soy bastante yo como para aparentar por mucho tiempo. Es curioso ver como la gente lucha por lo mismo, por mantener su vulnerabilidad en secreto y entre más luchen más sale a flote.
Sí Liz la vulnerabilidad es masiva. Considero a nuestros Blogs una criptonita tal vez un día nos puede hundir, upsss!
Publicar un comentario