-Que Dios bendiga estos alimentos. Los agradecemos en el nombre del señor. Amén
¡Basta. Detente. Lo matarás!
-Vaya, vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí?
Odio tener que ser yo quien te lo diga, pero...
-¡No me obligues a hacerlo!
Pensé que tal vez tendrías hambre y te preparé un poco de tu comida favorita.
-Lo que intento decirte es que te amo.
¡Deja de lloriquear!
-¡Dime, ¿para quién trabajas?!
¡Se avecina una tormenta!
-¿Se te perdió algo?
¡Te necesito, te necesito ahora más que nunca!
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