Pensé que le tenía muy bien identificado, pero una serie de acontecimientos me han desmentido.
Siento que he quedado de pie, en mitad de la Avenida y los autos se acercan.
No puede ser que mi aguda observación falle.
El enemigo está en casa.
Sus palabras le descubrieron. O tal vez, su silencio es lo que le delata.
Su acción me confunde. Y ahora él puede ser cualquiera.
Empiezo en cero.
Regreso a mis notas.
Reviso sus huellas y los rastros dejados.
4 comentarios:
¿Enemigos? ¿tú?
jejeje, es un decir.
Es como un poco ficticio jejeje.
¡¡Fiuuu!! :)
jajajaja...
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