-Sea puntual. Se lo suplico.
-Pierda cuidado. Allí estaré.
Pero, ¿cómo podré reconocerle?
-Oh, es sencillo, portaré un clavel rojo en la solapa del abrigo.
¿Y cómo sabré que es usted a quien busco?
-Simplemente pondré una pluma blanca en mi sombrero de ala ancha.
3 comentarios:
nunca dejes de postear, no seas como yo.
En ocasiones no hay nada que decir... lo "malo" es que el silencio se alargue. Saludos Liz.
por poco y olvido el clavel rojo en la solapa...
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