Al poder acercarme y descubrir de qué se trataba, recordé la vieja costumbre de lanzar los zapatos y enredarlos en los cables de la luz.
En Puebla los zapatos se arrojan a los cables el 1 de noviembre.
Están en recuerdo de los niños que han muerto... y en espera de su regreso.
1 comentario:
para mi una costumbre un tanto escalofriante......para ellos la espera, el acercamiento a sus seres queridos... hay!! la piel chinita, jeje.
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