De postura encorbada.
Era más un personaje ficticio, que con pies plantados en este mundo.
Charlaba deprisa. -En realidad era un auténtico monólogo-.
Sus palabras eran atropelladas, pero siempre las seguí.
Cuando creía haberme perdido, me cuestionaba:
-¿Hasta aquí, todo correcto?
Yo asentía levemente con la cabeza y le otorgaba una pequeñita sonrisa, -no había tiempo para más-.
Sus manos jamás se detenían. -Siempre marcando rutas al aire-.
Intercambiaba con tanta frecuencia la tiza y el cigarrillo entre sus dedos, que casi esperaba verle llevarse la tiza a los labios.
...Yo, por si acaso, tenía la mano dentro del bolsillo izquierdo, sujetando los fósforos.
1 comentario:
...ganz prima durchdacht..
herzlich, Rachel
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